En los primeros quince días de mayo tiene lugar en Córdoba capital una de las festividades más singulares que se realizan en Andalucía. Hasta hace unos años pasaba desapercibida al celebrarse después de la Feria de Abril en Sevilla, pero desde 2012, tras ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, se ha convertido en otro reclamo turístico más para la ciudad de Córdoba. Hablamos del festival de Patios.
Según cuentan en algunos barrios cordobeses, el origen de los patios tuvo lugar entre 1917 y 1919, cuando dos vecinas comenzaron a pelearse por ver quién tenía el patio más bonito. La trifulca debía de ser tal, que incluso el párroco del barrio tuvo que intervenir. Su solución fue entrar en los dos patios y valorar de una manera objetiva cuál era el más hermoso. Para ello tuvo en cuenta la cantidad de plantas, el sol que entraba en el patio y cómo de recogido estaba el mismo. Esto gustó mucho al resto de vecinos que, según esta leyenda, fueron a hablar con el alcalde y este institucionalizó el concurso poco después.
La verdad sea dicha, no hay datos que confirmen o desmientan esta historia, pero lo que sí sabemos con certeza es que en el año 1921, se creó por parte del Ayuntamiento de la ciudad de Córdoba el “Concurso de Patios, Balcones y Escaparates”. Por la parte que concierne a los patios solo participaron tres, por lo que el consistorio local, debido a la escasa participación decidió cancelar el concurso para los años venideros.
Sin embargo, entre los años 1925 y 1929, Córdoba celebró el concurso de cruces de mayo, donde muchas de ellas se encontraban en patios vecinales. En la actualidad, el concurso se celebra pero las cruces se colocan en plazas y plazoletas de la ciudad.
En el año 1933 se retomó la iniciativa del concurso, contando con 16 participantes. Poco tiempo después comenzó la desastrosa contienda que dividió España en dos y provocó un cambio de régimen político. Es de entender que, durante los años de conflicto, el concurso no se celebró. Al término de la Guerra Civil el Ayuntamiento no mostró interés en realizar ningún tipo de festividad hasta 1943. En ese año se intentó volver a retomar el concurso, pero no se consiguió nada hasta el año siguiente, 1944.
Tomada la decisión de reiniciar el concurso se decidió introducir unos criterios de valoración para poder seleccionar de una manera objetiva a los ganadores. Estos criterios se han mantenido hasta la actualidad y son: arquitectura y decoración.
En 1947 el concurso ya se había consolidado dentro de la ciudad. No sólo se daban premios cuantiosos a los ganadores sino que, además, de todos los participantes no premiados se les otorgaba una ayuda para el manteniendo de sus vivienda, el arreglo de fachadas y compra de tiestos, o macetas para la época del concurso.
Con la llegada de la democracia el concurso se mantuvo como un atractivo para la ciudad en el mes de mayo junto con las Cruces de Mayo y la Feria de la Virgen de la Salud. En 1980 el Concurso se declara Festividad de Interés Turístico Nacional. Ocho años después se introducen nuevos criterios de valoración como: variedad floral, cuidado de las macetas e iluminación. En 1998 se introdujeron la división de arquitectura antigua, desde el S.XVI al 1960, y nueva, desde 1960 hasta la actualidad. Y el gran colofón será en 2012 cuando el festival sea declarado Patrimonio de la Humanidad, siendo el tercer patrimonio concedido a la ciudad de Córdoba.